Somos un grupo de creyentes cuyo objetivo es vivir las enseñanzas que dejó nuestro Señor Jesucristo y así poder cumplir su “gran comisión” de predicar el evangelio ( Marcos 16:15). Creemos que la Biblia, es la Palabra infalible de Dios, única fuente de revelación y regla de fe para su iglesia. Creemos que cada iglesia local debe ser, en el sentido más estricto de la palabra, “columna y apoyo de la verdad” (1ra Timoteo 3:15). Hoy en día, frente a tantas confusiones de creencias y doctrinas ajenas a la Biblia (aún llamándose iglesias cristianas), es necesario expresar de una manera clara y resumida “qué creemos”. Desde el inicio adoptamos una confesión de fe reformada, la conocida “Confesión de fe bautista de 1689″. Es una confesión de fe histórica confiable y usada por diferentes iglesias locales a lo largo del mundo.
Algunas de las marcas distintivas de lo que creemos
- Que se enseñe la Biblia por medio de la predicación expositiva, esto es un su justo contexto y poniendo a Cristo como centro del sermón.
- Que tenga una buena teología bíblica, es decir una sana doctrina con creencias definidas según las Escrituras sin agregados.
- Que tenga una idea correcta del evangelio ya que es poder de salvación para todo el que cree (Romanos 1:16), y es la única manera mediante la cual los pecadores pueden ser reconciliados con un Dios santo.
- Que tome en cuenta la conversión o nuevo nacimiento espiritual (Juan 3:3). Las vidas de sus miembros deben estar marcadas por el fruto de la conversión y no simplemente sumar gente a la iglesia por simples cuestiones numéricas.
- Que su función sea la evangelización de los pecadores. Cuando una iglesia tiene un entendimiento no bíblico del evangelio, no evangeliza, evangeliza de maneras engañosas o manipuladoras, o comparte un mensaje que no es el evangelio.
- Que tenga una membresía identificable. La membresía bíblica de la iglesia es importante porque la iglesia representa el testimonio de Dios en el mundo. La iglesia manifiesta su gloria. Por tanto, los no cristianos deberían ser capaces de ver en la membresía de la iglesia, en las vidas del pueblo transformado de Dios.
- Tiene que existir una disciplina eclesial. En su definición más general, la disciplina de iglesia es todo lo que la iglesia hace para ayudar a sus miembros a crecer en santidad y luchar contra el pecado.
- Una iglesia que discipula. La Escritura enseña que un cristiano vivo es un cristiano que crece (2 P. 1:8-10). La Escritura también enseña que crecemos no solamente mediante la instrucción, sino también mediante la imitación (1 Co. 4:16; 11:1). Por tanto, las iglesias deberían exhortar a sus miembros a crecer en santidad y ayudar a otros a hacer lo mismo
- Un liderazgo bíblico, caracterizado por pastores piadosos que guían al rebaño del Señor y los alimenta con su Palabra. El liderazgo bíblico de la iglesia es importante porque sin él, el pueblo de Dios es como un rebaño de ovejas sin pastores.